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22,80 €Aunque desde la perspectiva actual pueda resultar chocante, entre los siglos xiii y xv el aragonés era una lengua romance autónoma, funcional en todos los ámbitos comunicativos y dotada de un registro formal y escrito. Los archivos guardan decenas de miles de documentos que lo acreditan. El libro explora las razones por las que el aragonés se singularizó dentro del continuo dialectal románico y se escindió de vecinos con los que era totalmente inteligible, como el catalán o el castellano. Tras el cambio idiomático se escondÃa una transformación polÃtica mayúscula: la construcción de un Estado ?el reino y la Corona de Aragón? que produjo una cultura hegemónica y una ideologÃa lingüÃstica que reconocÃan el aragonés como lengua.