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15,81 €Figura destacada de la Europa dieciochesca, Hume es un ilustrado+ que somete la Ilustración a la crÃtica de su propio instrumento y a la prueba de la razón. Situado en el gozne de dos épocas, se encuentra todavÃa lejos del momento en que la praxis revolucionaria iba a fundir liberalismo y democracia en moldes c onstitucionales. Su pensamiento, tan preñado de trascendentes osadÃas, tiene a la vez los resabios conservadores propios de un estrato social que, en el seno de un paÃs en ascenso, ve ya claramente trazado su destino de hegemonÃa sin ruptura. La libertad es, en ese contexto, un corolario del derecho de propiedad, y la guarda de éste lo que más comúnmente suele entenderse por justicia+. El concepto de la soberanÃa popular, potenciado en Norteamérica como arma contra la administración colonial y en Francia para hacer saltar los grilletes del Antiguo Régimen, no es en las Islas bandera de combate. Todo ello no impide a las aportaciones británicas ofrecérsenos en toda su prÃstina eficacia liberadora, la que el pensamiento liberal iba a perder, en parte, una vez concretado en el programa de clase que sirvió de plantilla a las revoluciones burguesas de finales del siglo. El liberalismo convertido en baluarte de unas libertades codificadas, congeladas en un momento histórico, estaba condenado a desmoronarse. Su garantÃa de futuro es el recobro de su virtud activa, de su cualidad liberante. Si los enemigos de la libertad se han multiplicado casi tanto como los extravÃos de quienes se llaman sus amigos, sólo el peregrinaje a las fuentes puede darnos el impulso y los medios para trabajar dÃa a dÃa en la reconstrucción de esos fundamentos de la libertad+ que han dado tÃtulo a uno de los grandes libros escritos en nuestro tiempo bajo el signo de Hume.